Para quienes odian, para quienes aman, para quienes se humillan, para quienes se alzan, para quienes todo lo entregaron y todo lo perdieron, para quienes acaso también lo dieron todo y todo les fué restituído... para quienes se alegran de vivir... y para quienes maldicen cierto día... para todos y todas, aquí está mi perdición y mi lucha...
sábado, 18 de septiembre de 2010
jueves, 16 de septiembre de 2010
ANGUSTIA
Despertar de nuevo sola...
mejor dejo atrás la cama
antes de que sea enemiga al fin:
una mirada por la ventana
mientras enciendo un cigarrillo
que ni siquuiera me apetece:
Todo es gris allá afuera
y todo es desorden y sombra aquí dentro.
Mas pasa el tiempo y yo te espero,
me apoyo en el cristal de la ventana
y la gente que veo parecen fantasmas
sin prisa por llegar a ningún sitio...
Borraría de un plumazo,
-o con balas, quién lo sabe...-
a todos esos inocentes
que nada saben de tí ni de mí,
y menos de nosotros.
Me maquillo como una cualquiera,
y me visto de luto como siempre,
salgo a la calle impregnada de lluvia
y el aire en cierto modo
me arranca algunos años de las sienes,
como si este día fuera uno de aquellos
en los que el tiempo
no pensaba en jugar siempre en mi contra...
Camino lentamente, cansada de antemano,
llevo en el bolso un móvil callado
que no me trae tu voz ni tu silueta.
Estos hombres que me miran no saben
de mi dormir nebuloso ni de mi sed de tí,
pero les sonrío como si mis ojos
no estuvieran repletos de odio envenenado...
No puedo ahogar tu recuerdo
en los cientos de bares que me llaman.
Paso ante ellos mirando a la gente de dentro que ríe:
Yo entraría a todos y cada uno de ellos
como la Muerte Roja si soltara mis cadenas,
yo entregaría sus corazones empapados
a ignotos dioses de la muerte,
si con ello este ansia se saciara,
yo convertiría el whisky en sangre,
tornaría hiel la risa en sus gargantas,
secaría el torrente de sus venas,
si con ello mi propia sangre se calmara...
Pero tú no estás,- ¿dónde yaces?-
escucho lejano el eco de unos pasos,
pero es sólo en los desiertos pasillos de mi alma,
y durante un instante
sigo el rastro de un perfume y una piel
y mi hambre se exacerba...
No eres tú, es la presa equivocada,
pero sacia este dolor como si fueras tú:
Este cuerpo fue una vez mío,
reconozco su sabor en cada latido
y, aunque nunca me entregó su amor
como yo hice con el mío,
por esta noche me calma...
Regreso sobre mis pasos, tan sola como vine,
y pienso con delicia
en el vino de la vida que he probado...
Tú, oh, tú, que sabes de esta angustia,
grita mi nombre para que pueda encontrarte,
que la noche es inmensa y triste,
que me interno en laberintos de lluvia,
que te pierdo en cada esquina de lo eterno,
grita mi nombre -oh, tú-, guíame
para que mi perdición se encuentre
en cada centímetro de tu cuerpo amado,
que yo ya no sé amar
mas que en los sueños que nunca, nunca,
soy capaz de recordar cuando despierto...
martes, 14 de septiembre de 2010
EL RASTRO
Me llamaron loba negra,
quizás por mi costumbre de acecharte
en medio de la sombra.
Mas fue, amor mio, un ser ignorante,
el que sin conciencia me nombra.
Sigo tu rastro en los bosques,
en calles azotadas por la lluvia,
dime, dolor mío, dónde te escondes,
antes de que estalle mi furia...
-Y tu rastro es el olor furtivo
que un día se instaló en mi cama,
ofuscó con dulzura mis sentidos,
me dejó sola en la madrugada...-
Mis pasos lentos no te alertan,
el aire de la noche calma mis ansias
pero agudiza duramente mi pena
y despierta fieramente tu rabia-
Me llamaron loba negra,
quizás porque aún te espero:
detrás de cada esquina mi paciencia desespera,
y en las estancias del tiempo
mi voz te llama, mi búsqueda se hace eterna...
Y tu rastro, el perfume más dulce y anhelado,
viene a torturarme con recuerdos...
Yo te sigo de cerca, mi cazador cazado,
aunque tú ya no seas y me cerque el invierno...
Te he esperado, te esperaré, te espero,
lentamente, paso a paso, me acerco a tu guarida,
al fín, ante tí, descanso y acaso muero...
Fueron demasiadas mis heridas.
sábado, 11 de septiembre de 2010
viernes, 10 de septiembre de 2010
PERDIDA
Mi reino no es de este mundo:
Yo tuve un castillo
erigido en el espacio entre tus brazos,
níveos tigres que jugaban
en inmensos jardines de hielo,
y un cielo encapotado de tormentas
cuya música nacía de una caja de marfil...
Y si yo tuve un reino...
¿Porqué este exilio de tu mordiente boca?
¿Porqué en este mundo nada encaja
y soy perseguida y maldecida?
Podría encaramarme a los tejados,
-tal es mi dolor de perderte-
y maullar tu nombre a la noche impía,
y podría bajar a las tierras baldías,
-tal es mi recuerdo de tu cuerpo-,
y aullar mi desespero a una luna que me ignora:
mas, ¿qué me queda?
voy dejando mi rastro de sangre en calles ignotas,
esta ciudad ya no me conoce y me repudia
y yo ansío perderme en el fondo de un vaso
para no darme cuenta de que perdí
mi capa y mi corona y que ya nadie me reconoce,
para no saber que ya nadie me escribe
diciéndome que me echa de menos,
para no sentir los besos de Judas de hombres
que nunca pudieron ser reyes ni de sí mismos...
Mi reino no es de este mundo,
pero yo sigo en esta ciudad esquiva
que no me acepta ni me consuela...
Hay una silueta en la siguiente esquina.
Parece por un instante tu sombra,
pero yo siempre me equivoco de amantes,
y esta oscuridad de forma humana me susurra
que hay una puerta
para volver a mi mundo,
que cuando deslice mi mano
por los espejos del tiempo
sabré con certeza
que esa puerta se llama Muerte,
y que quizás, -sólo quizás-,
pueda unirme a tí para siempre...
Mi reino no es de este mundo,
ni este mundo conoce mi reino,
tus besos son fuego en mis venas
y mis venas torrentes que te anhelan...
Noche. Mi pulso se acelera.
Temo caer
y buscarte en las profundidades
de ríos de alcohol y de dulzura...
En mi reino tigres de cristal
siguen buscando mis huellas
sin encontrarlas nunca,
sin descansar nunca,
y yo, yo
sólo me hundo en las esferas
de todos los relojes del mundo...
miércoles, 8 de septiembre de 2010
CONSUNCIÓN
Necesito
de tu amor destructor,
mantener la ilusión
de morir entre tus brazos.
Ven a mí, que yo te invoco
como antes invocaba a mis demonios,
sentir de tu fuerza y de tu rabia
antes de perder
la realidad de mi horizonte.
Ven a mí,
que mientras yo calmo tu soledad
y tu sed de venganza
tú serás el dulce final de mis días.
Necesito de tu amor peligroso,
saber que estás, como yo,
en guerra con la vida,
que danzamos y jugamos con la muerte
y la tememos y llamamos...
Ven a mí,
que yo ya no espero nada
y nada vale ya la pena,
buscaré tus besos hambrientos,
tus manos como sogas que me ataran,
tu voz que llega a mí
desde los abismos de la ira...
Necesito de tu amor de tormentas,
que yo te entregaré
mis manos yertas de atrapar sólo vacío,
mi sangre enferma de abandonos,
mis alma cansada de sujetar caballos desbocados
que sólo son libres en mi mente...
Ven a mí
con todos tus recuerdos y tu furia,
vuélvete lobo y aúlla tu despertar a la luna,
desgarra este corazón de hielo
y haz que sangre lentamente entre la nieve,
vuélvete galerna y arrastra mis días
hasta que se vuelvan veneno entre tus labios...
Necesito de tu amor destructor,
si no eres bueno para mí, bienvenido,
si eres muerte o asesinato
ven a mí...
Yo te comprendo.
Y te ansío...
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