jueves, 12 de marzo de 2015

MIENTRAS DUERMES

Déjame acariciar
tu rostro amado en estas noches
en que el invierno
agoniza,
posar mi mano temblorosa
sobre el pulso
firme y lento de tu cuello:
pensar que tu vida está en mis manos
y que entregaría la mía
por tu abrazo
y tu aliento en mis hombros
y tus manos en mi pelo...

Mientras la noche se alza
mi corazón recordará
que tu piel suave
y de olor dulce como el veneno
habrá de serme
algún día arrebatada,
y que en ese día mi invierno
volverá a mí como antaño.. 

mientras la noche se alza...
mientras todo en mí te anhela,
mientras todo en mí se convierte
en esta oscura vid de deseo
y de amor de galerna
que trepa por mi vientre
y me invade implacable,

mientras mi sangre
no halle descanso ni calma
ante este hambre de tí...
mientras,
habrá de perseguirme
eternamente,
la huella y cicatriz que habrás de ser
para siempre ya en mi alma...

Déjame acariciar
tu rostro inocente en la penumbra,
y esperar a que despiertes,
déjame rozarte
hasta que abras de nuevo los ojos
a este mundo sin esperanza,
para de nuevo poder
hundirme y perderme,
y morir mil veces
y mil veces renacer
en tus ojos
de tiniebla...

Déjame
rozar tus sueños
mientras todas las madrugadas
suben en mí poco a poco
como mareas de sombra..