¿Qué ha ocurrido? Sólo algo muy simple, y a la vez muy complicado, pues sus consecuencias serán probablemente largas... y desastrosas en la casa que ya no es mi casa. Durante los últimos años he vivido de prestado, en un hogar en el que se me debería, al menos, haber querido un poco. Pero desde ayer, mi hogar está en Sus palabras. Él me dijo, cuando nos encontramos... bueno, no, me ordenó que me cambiara cierta ropa... y lo hice. Le obedecí sin rechistar, -eso sí, con una leve mirada de malhumor por mi parte, (lo sé, hasta eso debo evitar), pero lo hice. Parece un detalle muy simple, quizás hasta indigno de contarse, pero para mí, fué... , bueno, un placer. Yo llevo mentalmente rogando para que fuera mi Amo durante los dos años y pico que nos conocemos, (más, puesto que por entonces sólamente "empezamos a salir"), y le expliqué algunas cosas de este adorable mundo que tanto me atraía, -cosa que jamás había hecho con nadie-, pero sin llamarme, de momento, más que por mi nombre, cada vez se comporta más, con un instinto bastante certero, como un Dominante, si no como como un Amo... Y eso me hace feliz... inmensamente feliz. Por dentro, soy Suya... El tiempo decidirá el resto...
De momento debo irme, hoy estoy agotada y mañana será otro día de mutuo aprendizaje, con suerte, y seguiré contando algunos detalles más de este delicioso día... Y del de ayer, que fué el del... tránsito y la decisión.
Con dudas aún, pero hoy, por lo menos, feliz, me despido de vosotr@s.