martes, 11 de noviembre de 2008

EL RETORNO




Hemos regresado a nuestra senda


Tras recorrer con nuestra mirada ardiente


Este camino de cenizas y de piedra


Que en el fondo nos perteneció siempre.




Hemos vuelto tras recorrer tierras ajenas


Nos hemos arañado bajo cielos sombríos


Hemos comulgado en medio de la arena


Rituales milenarios de sangre y de vino.




Hemos renacido a realidades sin fronteras


Para no ver otro mundo que no fuera cuero


En mi piel y en mi alma cadenas


Que el dolor de esta herida me consuma en su fuego.




Hemos resurgido, y en tus brazos permanezco quieta


Estatua soy ahora que conozco otros lugares


Adonde sólo tú me conduces y me llevas...


¡Desdichado aquél que no conoce estos collares!




Hemos vuelto desde el lugar donde soy más bella


Rendida a tí, sangrante, muerta y resucitada,


En este bautizo sin nombre donde mi nombre es sierva


Donde si no es por tus manos... yo ya no soy nada...




1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegra saber que de nuevo vuelves a retomar con ilusión ese collar de esclava, ahora quiero pensar que él también tomará su látigo o su "espada" para iniciar el ritual del deseo de quedarse a tu lado.
Besos multicolores!