domingo, 16 de marzo de 2008


Para siempre tuya,

en esta ciudad indomable

donde tu amor me subyuga

ajeno al ocaso y a la tarde.


Refrena, sujeta, si puedes, doma,

que no habrá hembra que adore,

sirviendo, sintiéndose señora

por mucho que otros la compren.


Mas, cómo contarte, mi vida,

lo que tus manos no sepan,

tú lames mi sangre y mis heridas

cuando la tortura es eterna.


Ven de nuevo a mí, con violencia,

que sólo tu fuerza curará mi alma,

derrama en mí, amor, tu esencia...

Sabes muy bien que tu víctima te ama...
Jezabel.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tre-men-da-men-te erótico...

O eso o he leído mal.

:]

Unknown dijo...

Has leído bien, Renton, lo que lo motivó era ciertamente erótico...Jejejee!

;) :)

Gracias por el comentario. Seguiré visitándote :)