Para siempre tuya,
en esta ciudad indomable
donde tu amor me subyuga
ajeno al ocaso y a la tarde.
Refrena, sujeta, si puedes, doma,
que no habrá hembra que adore,
sirviendo, sintiéndose señora
por mucho que otros la compren.
Mas, cómo contarte, mi vida,
lo que tus manos no sepan,
tú lames mi sangre y mis heridas
cuando la tortura es eterna.
Ven de nuevo a mí, con violencia,
que sólo tu fuerza curará mi alma,
derrama en mí, amor, tu esencia...
Sabes muy bien que tu víctima te ama...
Jezabel.
2 comentarios:
Tre-men-da-men-te erótico...
O eso o he leído mal.
:]
Has leído bien, Renton, lo que lo motivó era ciertamente erótico...Jejejee!
;) :)
Gracias por el comentario. Seguiré visitándote :)
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