lunes, 31 de marzo de 2008

NIEVE


"Dance me to your beauty with a burning violin
Dance me through the panic 'till I'm gathered safely in
Lift me like an olive branch and be my homeward dove
Dance me to the end of love

Dance me to the end of love
Oh let me see your beauty when the witnesses are gone
Let me feel you moving like they do in Babylon
Show me slowly what I only know the limits of
Dance me to the end of love
Dance me to the end of love
Dance me to the wedding now, dance me on and on
Dance me very tenderly and dance me very long
We're both of us beneath our love, we're both of us above
Dance me to the end of love

Dance me to the end of love
Dance me to the children who are asking to be born
Dance me through the curtains that our kisses have outworn
Raise a tent of shelter now, though every thread is torn
Dance me to the end of love
Dance me to your beauty with a burning violin
Dance me through the panic till I'm gathered safely in
Touch me with your naked hand or touch me with your glove
Dance me to the end of love
Dance me to the end of love
Dance me to the end of love..."

Tantos kilómetros que nunca había recorrido antes, pero que en su compañía me parecieron el Paraíso...la música, ésta canción que creí que él no conocía, y que conocía a la perfección, -quién lo diría, nunca acaba una de conocer a un hombre; Leonard Cohen, uhmmmm, agradable sorpresa-, su sonrisa sesgada cuando me acarició el pecho con mucha más suavidad de la que suele tener, sin apartar los ojos de la nevada carretera...

- Soy una caja de sorpresas, ¿eh? ¿Creías que no pasaba de Pepe el Trompeta?- soltamos la carcajada, era inevitable...

- No, ya sé que tus gustos son tan esquizofrénicos como los míos, pero bueno... En referencia a esta canción en concreto...pues bueno, la gente que conozco, no la suele conocer, valga la redundancia, niño (a pesar de que yo tengo 35 y el hará 47 en Mayo, cosa que no me importa...¿edad? ¡Bah!)

Me mira de reojo, entre impaciente y ligeramente suspicaz. A veces no sabe si estoy "bordeando". Parece mentira que aún no me conozca. Aunque tampoco es tan extraño, la mayoría de mis sentimientos no los conoce todavía. Conoce bien los elementales...y, aún así, ni siquiera sabe bien de las connotaciones de los mismos...

Sigo mirando la nieve, los carteles que nos anuncian que entramos en la provincia de Ávila...Siempre me ha gustado el tiempo sombrío, es más acorde con mi forma de ser...Y deseo tanto, tras 27 años de ausencia de Asturias, volver a pisar la nieve, cogerla en mis manos, rememorar su tacto... recordar aquellos años en que mi familia estaba unida, en que Kany y Tunirri/Luna, (In Memoriam, una pastora alemana y una setter irlandés, respectivamente, desaparecidas años ha, pero más que los humanos merecen no ser olvidadas) seguían con nosotros, años en los que todo era inocencia... Tanto recuerdo y tan intenso que no aparto la mirada de la ventanilla ni hablo durante algunos kilómetros...Sólamente miro el ligero fulgor espectral de la nieve en este amenazador día.

- Vamos a parar, sé que quieres volver a la nieve... -me dijo bajito, dando la vuelta en una especie de explanada que daba a otro camino más...¿antiguo? Era eso, un camino con postes y cercas a los lados, nieve excepto por donde pudiera pasar un coche...o un carromato, o un tanque pequeño de los que invadieron Polonia...

- Olvídate de Vilna y del resto, - me dijo, saliendo del coche y abriéndome la puerta para ayudarme a salir.

- ¿Vilna?, - no hacía demasiado frío para mí hoy día (3 grados, aguanto bien el frío, más en situaciones de tensión emocional).

- Sí...¿No deseabas volver a la nieve? Ven, ven a mi lado. No tengo la Luger, pero podemos escenificar.

- Estás loco, suéltame - dije medio riendo, medio desbordada por el deseo, y no sé si fué por su mirada, por la sombra del recuerdo, -otra vez...- de algo que nadie entenderá jamás y que él jamás admitiría en nuestra ciudad, pero sus ojos fueron llamas. No podía apartar la mirada de ese dulce infierno. Me hundía, me hundía...


No sé si fué porque cuando me dí cuenta me estaba abrazando sobre la nieve y susurrándome esas palabras de perdición y muerte que tan bien conocemos... no sé si fué porque lo aparté antes de que alguien nos viera en esa extraña luz crepuscular en tan mortífera y sensual actitud.

No sé si fué porque temía que su mirada de tigre y el sol moribundo me hipnotizaran... o que le pidiera de nuevo que acabáramos con todo.

No sé si fué porque sabía que los buenos tiempos acabarían y que una voz muy lejana me decía que debía vivir a pesar de todo.

No sé si fué que de repente miró alrededor y me besó, casi furtivamente . No sé si quizás se dió cuenta de que podría dejarme matar otra vez.

No lo sé, amor, pero me sacudiste, -tú, oh, tú...-, la nieve de la ropa y me prometiste que jamás me quitarías la nieve del pelo porque...

"Yo desenredaré tu pelo de nuevo..."

El coche, la calefacción...
- Estoy helado.

- No, tienes miedo, -le dije sin apenas mirarlo.

- Sí, de que ya es casi de noche... -hizo un ligero gesto negativo, como si pensara en la tontería que estaba diciendo-. Báilame...hasta el final del amor ("Dance me to the end of love")

- ¿Todavía la llevas dentro? -No hacían falta aclaraciones en un crepúsculo lleno de deseos inconfesables...no bajo este cielo de plomo y nieve.

- Siempre la nieve...siempre a tu lado...Bailamos...¿ era cierto?

- Cierto...

Llegamos a la ciudad.


Quizás fué que dejamos en la nieve otro poco de nuestro ka.
Pero...
¿Volvimos?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Las palabras de Cohen sienmpre son algo más que simples palabras escritas negor sobre blanco, con sentidos miles y miles y amplios aspectros que nos dan mil mensajes y puntos de vista, no nos dejan indiferentes y siempre nos llegan, ahhhh! ese poeta canadiense como nos ilumina y nos llena con sus canciones y poemas, sus mensajes escondidos y criptados... Larga vida a Mr Cohen.

McQ

Unknown dijo...

Para mí sus letras son Magia, con mayúsculas, por eso suscribo lo que dices: Larga vida a Mr. Cohen.

Más gracias y más besos,

Jezabel.